lunes, 16 de agosto de 2010

Cosas y cositas Mario Benedetti

De las diversas cosas y cositas
que en un tramo del tiempo fueron mías
rescató un relojito que atrasaba
y en jornadas otoño y poco sueño
recordaba que eran las dos y cuarto
en las ventanas de la madrugada.

también hubo un cuaderno de figuras
que yo podía colorear a gusto
y claro allí inventaba árboles rojos
cielo cuadriculado / un bosque enano
y un pavo real de espléndido abanico
que tan sólo se abría en blanco y negro

a veces concurrían pajaritos
que eran juguetes con toda su cuerda
yo despejaba el puente de mi nuca
y todavía siento en el pescuezo
el terciopelo de unas manos dulces
y el trapo huraño de unas manos hostiles

de las diversas cosas y cositas
rescato un disco de los muy antiguos
los de 78 erre pe eme
milonga albricia con la voz quebrada
que yo ponía cuando estaba a solas
para vencer los miedos del silencio.

Poema extraído de “Insomnio y duermevelas”, libro de poemas de Mario Benedetti.
¿Mi corazón se ha dormido?
Colmenares de mis sueños
¿ya no labráis?  ¿Está seca
la noria del pensamiento,
los cangilones vacíos,
girando, de sombra llenos?
No, mi corazón no duerme.
Está despierto, despierto.
Ni duerme ni sueña, mira,
los claros ojos abiertos,
señas lejanas y escucha
a orillas del gran silencio.

(CONSEJOS)

I
Este amor que quiere ser
acaso pronto será;
pero ¿cuándo ha de volver
lo que acaba de pasar?
Hoy dista mucho de ayer.
¡Ayer es Nunca jamás!
II
Moneda que está en la mano
quizá se deba guardar;
la monedita del alma
se pierde si no se da.


Tierra le dieron una tarde horrible
del mes de julio, bajo el sol de fuego.
A un paso de la abierta sepultura,
había rosas de podridos pétalos,
entre geranios de áspera fragancia
y roja flor. El cielo
puro y azul. Corría
un aire fuerte y seco.


(HASTIO)
Pasan las horas de hastío
por la estancia familiar,
el amplio cuarto sombrío
donde yo empecé a soñar.
Del reloj arrinconado,
que en la penumbra clarea,
el tictac acompasado
odiosamente golpea.
Dice la monotonía
del agua clara al caer:
un día es como otro día;
hoy es lo mismo que ayer.
Cae la tarde. El viento agita
el parque mustio y dorado...
¡Qué largamente ha llorado
toda la fronda marchita!