sábado, 7 de agosto de 2010

Fosa del poeta Federico García Lorca, VíznarBusto de Federico García Lorca en su casa natal, Fuente VaquerosSalamanca, detalle de la estatua de Unamuno, obra de Pablo SerranoMonumento a Rafael AlbertiCasa natal del Poeta Federico García Lorca, Fuente VaquerosBarranco de Víznar, Granada 
Abril 4, 2010 por poesia32
Gustavo Adolfo Bécquer
  • Nombre Real: Gustavo Adolfo Domínguez Bastida
  • Profesión: Escritores
  • Género: Masculino
  • Fecha nacimiento: 17 de feb de 1836
  • Signo del Zodíaco: Acuario
  • País: España
Gustavo Adolfo Domínguez Bastida, mejor conocido como Gustavo Adolfo Bécquer, nació en Sevilla, España, el 17 de febrero de 1836, y fue un reconocido poeta del Romanticismo.
Hijo de José Domínguez Insausti y de Joaquina Bastida de Vargas, comenzó sus estudios en el Colegio de Náutica. A los 10 años, luego de quedar huérfano, se mudó con su madrina, Manuela Monahay, quien lo adentró en el mundo de la poesía.
Gracias a las influencias de Manuela, en el año 1854, Gustavo decidió viajar hacia Madrid, en donde comenzó a estudiar literatura. En ese tiempo, tuvo un proyecto en sus manos, que fue el de escribir la “Historia de los templos de España“, aunque fue un fracaso y sólo se le permitió publicar un tomo.
Debido a sus necesidades económicas, comenzó a dedicarse al periodismo y a hacer distintas adaptaciones de las obras de teatro extranjero más exitosas junto a su amigo, Luis García Luna, con quien, combinando sus nombres, tomaron el apodo “Adolfo García“.
En el año 1858, viajó a Sevilla, en donde estuvo 9 meses en reposo absoluto debido a una enfermedad. No se sabe a ciencia cierta si fue tuberculosis o sífilis. En este período fue fielmente cuidado por su hermano Valeriano, quien lo ayudó a publicar su primera leyenda, “El caudillo de las manos rojas“. Luego de recuperarse por completo de la enfermedad que lo azotó, conoció aJulia Espín, con quien estuvo felizmente relacionado hasta el año 1860, en el que ella lo abandonó, hecho que logró sacar los versos más amargos del poeta.
Un año después se casó con Casta Esteban, quien le dio 3 hijos. A pesar del matrimonio, él nunca logró ser feliz, por lo que buscó refugio en su trabajo y en la compañía de su hermano

Poetas en lengua castellana



Los principales poetas en lengua castellana dieron lugar al llamado Siglo de OroMiguel de CervantesFrancisco de QuevedoLuis de GóngoraLope de Vega son apenas algunos de los nombres representativos.
Posteriormente, tras un largo período de estancamiento literario en general y poético en particular en la Península Ibérica, pero de renacer en las antiguas colonias de los virreinatos, surge con fuerza el romanticismo, con figuras como Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro.
Juan Ramón Jiménez, quien recibió el premio Nobel de Literatura por su obra Platero y yo, fue uno de los más aclamados del modernismo y maestro de la Generación del 27 y de los postmodernistas: Luis CernudaFederico García LorcaJorge GuillénVicente Aleixandre(también premio Nobel), Pedro SalinasRafael AlbertiManuel AltolaguirreDámaso AlonsoGerardo DiegoBlas de OteroJosé Ángel ValenteLeón FelipeMiguel Hernández y un largo etcétera.
Entre los poetas hispanoamericanos, cabe destacar al héroe de la independencia cubana José Martí; a los peruanos César Vallejo y Jorge Eielson, al nicaraguense Rubén Darío, a los chilenos Pablo NerudaGabriela Mistral (ambos premio Nobel), Vicente HuidobroNicanor Parra(antipoeta) y Gonzalo Rojas; a los mexicanos Juana Inés de la CruzOctavio Paz y Jaime Sabines; a los argentinos Jorge Luis Borges,Alfonsina StorniAlejandra PizarnikOlga Orozco y Juan Gelman; a los uruguayos Julio Herrera y ReissigDelmira AgustiniJuana de IbarbourouMario Benedetti e Idea Vilariño. La lista no es ni mucho menos exhaustiva, dada la abundancia y calidad de los poetas en lengua castellana en Hispanoamérica.1 Algunos que integran la poesía hispano-canadiense son: Jorge Cancino, Renzo Franco Carnevale,Gabriela Etcheverry, Jorge Etcheverry, Margarita Feliciano, Hugh Hazelton, Ángel Mota, Teobaldo A. Noriega, Juan Pablo Ortiz-Hernández, Nela Rio, Lady Rojas Benavente, Françoise Roy, Alejandro Saravia, Ramón Sepúlveda, Luis Thenon, Luis Torres, Julio Torres-Recinos, Roberto Viereck Salinas
Novelistas y ensayistas han escrito poesía de gran calidad, aunque sean menos 

¿que es un poeta?


Abril 4, 2010 por poesia32
Un poeta es un escritor dedicado a la producción de poesía. Hay quienes consideran que la mejor poesía es, hasta cierto punto, eterna y universal, y que trata de temas comunes a todo ser humano; otros están más absortos en sus cualidades particulares, personales y efímeras o simplemente lingüísticas.
Por extensión, se llama también poeta a todos los escritores artísticos (para diferenciarlos de los escritores de ensayos, periodistas y de otras disciplinas que trabajan con la palabra escrita).
Aunque según diversas fuentes, la poesía tiene sus más profundas raíces en la tradición de la literatura oral, sin duda contribuyó a su difusión la generalización de inventos tecnológicos como la imprenta.
Archivo:Carl Spitzweg 017.jpg
El verso libre era diferente al verso tradicional porque no estaba limitado por la rima o métrica
El verso libre era diferente al verso tradicional porque no estaba limitado por la rima o métrica

Cartas a un hijo y a un padre


Abril 4, 2010 por poesia32


Los escritores solemos acumular papeles, cuadernos, apuntes, y toda suerte de artículos, en un perfecto desorden que nosotros solos entendemos.-
Cada tanto, cansados de ver tantas cosas amontonadas, sentimos añoranza por la prolijidad, y se nos da por sacudir el polvo y hacer limpieza, tal como sucedió aquel día.-
Repasando cada una de las carpetas, revivía mentalmente por qué había guardado cada cosa, y como sucede a menudo, había tirado menos de lo supuesto, guardando nuevamente casi todo, la cuál demostraba lo inútil de tal esfuerzo.-
Pese a haber descubierto este hecho tan conocido, continuaba en la tarea, cuando encontré aquel viejo sobre de papel madera, con dos cartas dentro, y mi memoria comenzó a trabajar tratando de recordar cuándo había llegado a mi poder.-
Poco a poco fui rememorando y vino a mi mente la imagen de un hombre que, ya ni recuerdo cuanto tiempo había pasado, se acercó, con el viejo sobretodo sobre los hombros, y me pidió que en alguno de mis cuentos incorporara el contenido de los sobres, cosa que nunca había hecho.-
Me sentí en deuda con aquél personaje, y como pagándola, tomé los dos sobres, y dejando todo de lado, luego de leerlos comencé a escribir………………. ……………..Carta a un hijo.-
Parece mentira, hijo, que después de tanto, o tan poco tiempo de estar juntos, tenga la necesidad de confesarte algo.-
Por vos, aprendí a desvelarme esperando tu llegada, y cuando lo hiciste, mecía la cuna para que durmieras en paz.- Sufrí con vos las caídas al dar tus primeros pasos, y con vos volví al colegio cuando fuiste, y después, pasé noches enteras esperando tu regreso a casa, cuando tu juventud te llevó a copiar mis viejas salidas olvidadas.- Cuando sufrías, yo sufría contigo, tus alegrías eran las mías, aunque nada te dijera, y cuándo te enamoraste, yo reverdecí junto a vos, y hoy, una nueva enseñanza me das, con la llegada del primer nieto.- Por todo lo aprendido, hijo, gracias.- ……………………..Carta a un padre.- Prototipo de inmigrante peninsular repatriado, pese a los años transcurridos, no habías perdido el acento de tu tierra.-
Admiraba para mis adentro la sabiduría de tu falta de cultura, amasada a fuerza de vivir, y sin decirte nada trataba de ser como vos.-
Duro para el trabajo, eras como un roble que soportaba de pié los embates de la vida.-
Pero el paso del tiempo, como la gota que orada la piedra, te fue dañando, y, como el roble que parecía ser, y solo cae a golpes de hacha, vos también caíste, y cuando te tocó jugar tu mala mano con la vida y te tocó perder, te marchaste apretando mis manos, sin una palabra.-
Quiero que sepas, donde quiera que estés, que soy tal cual eras, como vos, un roble al que están hachando, y cuando me toque jugar y perder mi última mano, iré a encontrarte, pero mientras tanto quiero decirte, que te extraño mi viejo………. ………………………………………………………………………………………. …………………………………………………..Como podía escribir un cuento con el contenido de esos dos sobres, si yo tenía envidia del autor de esas cartas, y con ellas ese cuento ya lo había escrito la vida.-

XIII - la belleza romántica



1. Hermoso romántica
"Romance" es un término que se refiere no tanto un período histórico o un estilo artístico específico, como un conjunto de personajes, actitudes y sentimientos, cuya peculiaridad radica en su naturaleza específica y especialmente en sus informes originales. Los originales son, de hecho, aspectos particulares de la belleza romántica, aunque no es difícil encontrar antecedentes y precursores: la belleza de la Medusa, grotesco, preocupado, triste, sin forma. Pero el original es superior a la relación entre las formas diferentes, dictada no por la razón sino por la emoción y la razón, ese vínculo no tiene por objeto excluir o resolver contradicciones antítesis (finito / infinito, todo / fragmento, vida / muerte, mente / corazón), sino que los reciben en una convivencia que es la verdadera novedad del Romanticismo.
El retrato que ofrece Foscolo se ejemplifica la autorapprentazione hombre romántico: La belleza y la melancolía, el corazón y la razón, la reflexión y el pulso se compenetran entre sí. Sin embargo tenga cuidado de no considerar la época histórica en que vivió Foscolo - se extendía entre la Revolución y la Restauración entre el neoclasicismo y el realismo - como la que expresa la belleza romántica.
Este punto de hecho, que se encuentra en una cara pálida y hueca y que acechan detrás de él, no muy oculto, la muerte, había alzado ya en gran medida el presente y se extenderá hasta finales del siglo XIX, con la lectura macabra clave de la Mona Lisa de Leonardo por D'Annunzio. Belleza es en realidad un estado de ánimo romántico, de acuerdo a los temas, parte de Tasso y Shakespeare, y todavía está en Baudelaire y D'Annunzio, el desarrollo de formas que a su vez absorbida por el sueño de los surrealistas y Belleza el gusto macabro de kitsch moderno y posmoderno.
TUS OJOS
Tus ojos son la patria del relámpago y de la lágrima,
silencio que habla,
tempestades sin viento, mar sin olas,
pájaros presos, doradas fieras adormecidas,
topacios impíos como la verdad,
o toño en un claro del bosque en donde la luz canta en el
hombro de un árbol y son pájaros todas las hojas,
playa que la mañana encuentra constelada de ojos,
cesta de frutos de fuego,
mentira que alimenta,
espejos de este mundo, puertas del más allá,
pulsación tranquila del mar a mediodía,
absoluto que parpadea,
páramo.
Algunas veces encuentras en la vida
una amistad especial:
ese alguien que al entrar en tu vida
la cambia por completo.
Ese alguien que te hace reir sin cesar;
ese alguien que te hace creer que en el mundo
existen realmente cosas buenas.
Ese alguien que te convence
de que hay una puerta lista
para que tú la abras.
Esa es una amistad eterna…
Cuando estás triste
y el mundo parece oscuro y vacío,
esa amistad eterna levanta tu ánimo
y hace que ese mundo oscuro y vacío
de repente parezca brillante y pleno.
Tu amistad eterna te ayuda
en los momentos difíciles, tristes,
y de gran confusión.
Si te alejas,
tu amistad eterna te sigue.
Si pierdes el camino,
tu amistad eterna te guía y te alegra.
Tu amistad eterna te lleva de la mano
y te dice que todo va a salir bien.
Si tú encuentras tal amistad
te sientes feliz y lleno de gozo
porque no tienes nada de qué preocuparte.
Tienes una amistad para toda la vida,
ya que una amistad eterna no tiene fin.

a una madre


madre tu que lucha cada dia
madre tu que lo diste todo por todo
madre tu que desde pequeña no has,
tenido un regalo especial, tu que ha
cuidado a tus alegado en lo bueno
y en lo malo, por eso madre  tu te
merece un regalo especial
madre tu que luchas a cada dia
tu que te levanta al amenecer del dia
y de pequeña estas luchando, por eso
madre te merece este regalo especial

pablo neruda

Pablo Neruda.jpg

 

Pablo Neruda
NombreRicardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto Premio Nobel
Nacimiento12 de julio de 1904
Bandera de Chile ParralChile
Defunción23 de septiembre de 197369 años
Bandera de Chile SantiagoChile
OcupaciónPoetaescritordiplomáticopolítico.
NacionalidadChileno
Período1919-1973
GéneroPoesía
MovimientosVanguardia,Posmodernismo
FirmaFirma Pablo Neruda.svg

Geografía Carcelaria de Miguel Hernández

Poetas del Mundo


«Llegué en camión hasta cuatro kilómetros de Aroche. Atardecía. En el pueblo, merendé y me compré unas alpargatas. Sobre las veintiuna horas, solo y sin conocer el terreno, crucé la frontera». De acuerdo con las declaraciones de Miguel Hernández, en el primer interrogatorio al que fue sometido, alcanzó «el pueblo portugués de Santo Aleixo a las dieciséis horas del día siguiente. Internándose en Moura y siendo allí dete nido por la Policía Portuguesa». Era el domingo 30 de abril de 1939.
La comparecencia que firman los agentes que se citan en la misma, dice: «En la villa de Rosal de la Frontera, y siendo las doce horas del día cuatro de mayo de mil novecientos treinta y nueve -Año de la Victoria-, ante el agente de segunda clase del Cuerpo de Investigación y Vigilancia, Jefe de esta plantilla, y del Agente Auxiliar Interino del mismo Cuerpo, habilitado como secretario para la práctica de esta diligencia, Don Antonio Marqués Bueno y Don Rafael Córdoba Collado, respectivamente, se hace comparecer al detenido en el depósito Municipal de esta villa a disposición del limo. Sr. Secretario de Orden Público e Inspector de Fronteras, el que dice ser y llamar se Miguel Hernández Gilabert, de veintiocho años, casado en la que fue zona roja, de profesión escritor, e hijo de Miguel y Concepción, natural de Orihuela (Alicante) y con domicilio en Cox (Alicante), últimamente a (sic) la calle Santa Teresa no. Quince el que fue entregado en este puesto fronterizo, por la Policía Internacional Portuguesa, porhaber pasado clandestinamente desprovisto de la documentación necesaria a este efecto. De todo lo cual como secretario habilitado certifico. (Rúbrica de ambos agentes)».
Seguidamente y «estrechado a preguntas sobre sus amistades literarias manifiesta que Federico García Lorca era un hombre de mucha más espiritualidad que Azaña, que no desconoce que era pederasta, y que a pesar de esto era uno de los hombres de gran espiritualidad de España, y que después del Teatro Clásico, él ha sido una de sus mejo res figuras; advirtiendo a los Agentes que suscriben tengan cuidado no se repita el caso de García Lorca, que fue ejecutado rápidamente y según tiene entendido el mismo Franco (nuestro inmortal Caudillo) sentó mano dura sobre sus ejecutores».
Al hilo de sus desoladoras y cautas declaraciones, hostigado por un riesgo que se encrespa a cada pregunta y estremecido por la viscosa asechanza, Miguel Hernández aún entresaca aliento para invocar la memoria, y con la memoria el estruendo, de un poeta sacrificado y su palabra. Alivio momentáneo, quizá, para disuadir tanta inclemencia como se le echa encima, hasta las veintidós horas de aquel día y de los más de mil siguientes que ha de contarle el calendario de las infamias.
Luego, sus interrogadores levantan el parvo inventario de sus pertenencias: veinti cinco escudos con cuarenta centavos, los dos salvoconductos a los que se hace referencia en la declaración: uno librado y fechado en Alcoy, el 24 de marzo de 1939; y el segundo, expedido por la Comandancia Militar de Orihuela, con el n.a. 2.094, para desplazarse a Sevilla, Jerez y Cádiz; el libro de Vicente Aleixandre, «La destrucción o el amor», con una carta del autor, en la que se corrige un trabajo suyo, y un «AutoSacramental» editado por él y titulado «Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras». Por último, en la diligencia de terminación y remisión, en la que «El Sr. Agente Jefe ordena sean remitidas todas, en unión de los efectos intervenidos y ya reseñados, al limo. Sr. Secretario de Orden Público e Inspector de Fronteras de esta provincia, para la resolución que estime más pertinente», los dos policías concluyen: «Por tanto, es de suponer que este individuo haya sido en la que fue zona roja, por lo menosuno de los muchos intelectualoides que exaltadamente ha llevado a las masas a cometer toda clase de desafueros, si es que él mismo no se ha entregado a ellos».
Estos documentos carecen de membrete y llevan un sello, en el margen izquierdo, que dice: «Jefatura del S.N. de seguridad. Puesto de Rosal de la Frontera. Zona Sur. Sección V». La firma de Miguel Hernández, junto a la de los ya citados agentes, tan sólo figura al pie de su declaración. El atestado ocupa las primeras páginas del «Procedimiento sumarísimo de urgencia n.Q 21.001», seguido contra el poeta oriolano y por el cual se le condena a la pena de muerte, de acuerdo con la sentencia dictada el 18 de enero de 1940, fecha en que se celebra la vista del Consejo de Guerra, presidido por el comandante Pablo Alfaro. Sin duda, se despachaba a prisa. Tal vez, acuciaba el cla mor de la inocencia y había que amordazarlo acelerada y definitivamente.
El 9 de mayo, el gobernador Civil de Huelva oficia al Gobierno Militar de Madrid: «Con esta fecha, dispongo el traslado de la Prisión Provincial de esta Capital a la de ésa, del detenido Miguel Hernández Gilabert que fue aprehendido por la Policía Portuguesa en Moura y entregado al Puesto Fronterizo de Policía Nacional de Rosal de la Frontera (...)». Cuatro días después ingresará en la de Torrijos, tras recalar como transeúnte en la cárcel de Sevilla.
«Cada vez más ausente, / como si un tren lejano / te arrastrara más lejos / como si un negro barco / negro». Desde que fue reducido a prisión, el 4 de mayo de 1939, hasta su muerte, casi tres años más tarde, Miguel recorre un largo itinerario de pena y soledad. Sólo la ausencia y la guardia civil lo acompañan severamente en las conducciones, de uno a otro hierro igualmente venenosos, por «ferrocrril con arreglo a las condiciones del contrato entre el Estado y las compañías ferroviarias».
Por aquel tiempo, España era una cárcel. Y la represión limitaba al norte, con el mar Cantábrico y los Pirineos; al este, con el mar Mediterráneo; al sur, con este mar y el océano Atlántico; y al oeste, con este mismo océano y Portugal o, más exactamente, con Oliveira Salazar. Un amplio territorio, en fin, para el cerrojo y la sepultura. Y el poeta Miguel Hernández, desvalijado de relámpago y de risas, transitó el áspero paisaje des poblado de pueblo, los campos de labranza y los campos metafóricos asolados por lasombra y los «troncos de soledad». Transitó el áspero paisaje, desde un vagón penitenciario, lo observó y simultáneamente observaba, en el cristal oscurecido, la imagen de su propio desconsuelo. Y es así, en una visión fugaz, cómo la tremenda huella de la historia y la tremenda y transparente huella de sí mismo, se funden, se confunden, en ese tren que se aleja siempre hacia un remoto destino. «Se recobró la fiera. / Y espera desde entonces / hasta que el hombre vuelva».
Desde Rosal de la Frontera hasta el fatal desenlace en Alicante, Miguel Hernández cumple, en los sucesivos traslados de presidio a presidio, un trayecto estimado en más de dos mil trescientos kilómetros, enrejado de máuseres y de charol. El recuento de las horas invertidas resulta intrincado e irrelevante, para quien va de la nada a la nada. Pero no capitula ni al asedio ni a la custodia del rencor ese tiempo sin límites, que mantiene en alerta la memoria y la conciencia. El Cancionero que muy probablemente se inaugu ró con el luto de su primer hijo, continúa y requiere reflexión histórica y experiencia personal. Será, como señala Carlos Bousoño, también una «contribución a la creación de la poesía autobiográfica que tan gran papel tendrá en la de la postguerra». Pero es un recurso inmediato para ganarle esperanza a la vida.
El Cancionero es, de acuerdo con el estudio de José Carlos Rovira, «una construcción básica de la última identidad hernandiana: los enamorados, él mismo y Josefina, son la contextualización del drama histórico en un terreno personal y, al mismo tiempo, colectivo, el que ejemplifica igual para tantos hombres en las mismas circunstancias que Hernández. Y la propia identidad se hace símbolo, a través de la tercera persona verbal -los enamorados, él, ella-, de la identidad social de los derrotados».
Derrotados que aguardan, con la incertidumbre y la amargura a flor de piel, en las comisarías, en los juzgados o en las celdas, toda la voracidad y el desprecio del vence dor. Y en ocasiones, tanta autoridad, tanta jurisdicción, tanta competencia, tanta población reclusa, en medio de tal barahúnda, llega la inopinada y gratificante perplejidad. Así debió de sucederle a Miguel cuando, encontrándose en la prisión de la calle de Torrijos, n.° 65, el viernes, 15 de septiembre de aquel tenebroso año, se le puso en libertad, a instancias del coronel jefe de los Servicios de Orden público y Policía de Madrid. El singular episodio ha propiciado no pocas hipótesis y conjeturas entre los biógrafos del escritor. Desde las gestiones de Pablo Neruda y María Teresa León, cerca del cardenal Baudrillart, en París, quien «conmovido por la poesía religiosa del preso, a tal punto que consiguió su libertad provisional», según María de Gracia Ifach; hasta la intervención de algunos amigos e intelectuales de derechas, Juan Bellod, Tomás López Galindo, Giménez Caballero, etc. O bien, como apunta Claude Couffon, en «Orihuela y Miguel Hernández» y de acuerdo con los testimonios de Luis F.T.: «Miguel atribuía su liberación a un decreto gubernamental promulgado entonces».
Ahora, sin excluir ciertas posibles incidencias de tales gestiones, la recientemente rescatada documentación nos permite esclarecer las circunstancias que expongo a continuación.
El 6 de octubre, el presidente del Consejo de Guerra Permanente n.0. 6, solicita de la dirección de la Prisión Provincial de Madrid, es decir, la de Torrijos, la entrega de dos de los detenidos en la misma, uno de los cuales es Miguel Hernández Gilabert. Del centro penitenciario, se le comunica que fue puesto en libertad el 15 de septiembre, en virtud de un mandamiento del Excmo. Sr. Director General de Seguridad.
Una resolución del referido Consejo de Guerra que «no ha podido celebrarse el juicio por haber sido puesto en libertad el procesado, según resulta del oficio adjunto», y, tras calificar a Miguel de «persona destacadísima por su intervención en la revolución marxista, notoriamente conocido», acuerda, por unanimidad, investigar los hechos, por cuanto «no se explica suficientemente que un detenido a disposición judicial sea liberado por simple mandato de la Dirección de Seguridad».
Sucintamente, la explicación que ésta facilita es que las diligencias que se enviaron desde Huelva no han tenido entrada en la misma ni «tampoco en la Jefatura de los Servicios de Orden Público y Policía». En consecuencia y toda vez que en el expediente de Miguel «no había nada desfavorable concretamente, como no fuera el haber sido escritor de izquierdas que quedaba en parte desvirtuada la mala impresión que pudiera producir su ideología política, con el informe favorable emitido por el Sr. Cossío», «se deduce de todo ello que las diligencias extraviadas llegaron a la Auditoría de Guerra por cuyo motivo se sigue proceso al sujeto que nos ocupa, pero que se ignora por quien fueron remitidas y al no haber constancia de las acusaciones contra el mismo, ni en el Gobierno Civil, ni en esta dirección se le creyó un detenido gubernativo y se dispuso su libertad por la autoridad a cuya disposición se encontraba en la cárcel». El extenso escrito está firmado y fechado el 20 de octubre de 1939.
En las dos semanas que el poeta dispone para moverse con cierta holgura, llega a Cox y le entrega a Josefina el manuscrito del «Cancionero y romancero de ausencias», que se cierra con las «Nanas de la cebolla», poemas que Hernández leyó en su celda a varios amigos, poco antes, el 12 del mismo mes y que remitió a su mujer por carta, en tal día. El 29, cuando se encontraba en Orihuela, lo detiene Manuel Morell Roger, ins pector de la policía municipal, e ingresa en el Seminario, convertido en Prisión de SanMiguel. El revanchismo imperante lo conduce al rincón más lóbrego.
Tras el breve paréntesis de encuentro y libertad, se reanuda la geografía carcelaria. El 9 de octubre, el juez militar de Orihuela dirige un oficio al Juzgado Militar Especial de Prensa, en Madrid: «Encontrándose detenido en la Prisión de San Miguel de esta plaza y a disposición de este Juzgado y a virtud del atestado del Sr. Inspector de Policía, Miguel Hernández Gilabert, el que según manifiesta se encontraba en Madrid detenido a disposición de V.S. por quien fue puesto en libertad, ruégole tenga a bien comunicar el estado en que se encuentra el procedimiento que contra el mismo se le seguía, caso de ser esto cierto, para proceder en consecuencia a la inhibición a favor de V.S. del que se tramita en éste». Después de diversas diligencias y reclamado por providencia del juez Martínez Gargallo, Miguel es conducido de nuevo a Madrid, el 3 de diciembre, donde será recibido en la Prisión del Conde de Toreno.
Condenado a muerte, el 18 de enero de 1940, la sentencia se declara firme y ejecu toria, doce días después. El poeta vive, como tantos otros, una angustia que se prolonga, madrugada tras madrugada, hasta el 25 de junio, en que se le conmuta la pena impuesta por la inferior de treinta años. Pero apenas si hay reposo. Un tren siempre nocturno y despavorido lo transporta el 22 de septiembre a la Cárcel de Falencia, donde llega al día siguiente para «seguir extinguiendo la pena de 30 años de reclusión mayor». Su estancia en Falencia es corta, y el frío intenso. Así, el 24 de noviembre la guardia civil procede a su traslado a la prisión de Ocaña, en la que hace su ingreso el 28. En tránsito, conocerá la de Yeserías. En «Casida del sediento» figura la data: Ocaña, mayo, 1941.
Y, por fin, el último viaje ferroviario. El 25 de junio del citado año, parte con dirección al entonces denominado reformatorio de Adultos de Alicante. El largo trayecto de cuatro días, con escalas en los depósitos carcelarios de Alcázar de San Juan y Albacete, concluye el domingo, 29 de junio. Así consta en el expediente del Reformatorio mencionado en cuyas hojas de «vicisitudes penales y penitenciarias», serecoge textualmente: «En el día de la fecha y procedente del Reformatorio de Adultos de Ocaña ingresa este penado, con nota de buena conducta, para continuar extinguiendo condena, quedando afecto al primer período de su condena. Se participa su ingreso a las Autoridades correspondientes y al Registro-Indice».
En el mismo expediente, consta la recepción, el 23 de noviembre de 1944, de una nueva conmutación de pena: la primitiva que venía cumpliendo, por la de veinte años y un día de reclusión mayor. Inútilmente.
La abundante documentación que he pretendido resumir, será sin duda, publicado en las actas de este Congreso. Así, con tan copiosa información, se podrá comprender cómo la autorización para el traslado de Miguel Hernández al sanatorio Penitenciario de Porta Coeli. sólo se produjo el 20 de marzo de 1942. Demasiado tarde. Y se podrá leer, igualmente, el informe médico, donde se dice, entre otras cosas: «Que no me extraña que en el cadáver del recluso Miguel Hernández Gilabert no se pudieran cerrar los párpados, por los medios mecánicos comentes, ya que en vida dicho recluso padecía un síndrome típico de hipertiroidismo (...)». Y agrega: «Su síntoma psíquico puesto de manifiesto en su producción literaria y que encaja en lo que Pende llama taquipsiquia -viveza mental y emotividad exagerada- típico de dicho síntoma».
«El mundo se abría / sobre tus pestañas / de negras distancias. / Dorada mirada. / El mundo se cierra sobre tus pestañas / lluviosas y negras».
Se cierra el 28 de marzo de 1942. Poeta civil, cronista de la ausencia, a las cinco y treinta de la mañana, su último suspiro es, y la historia lo certifica, un nuevo y formidable viento del pueblo.

La Fundación Cultural Miguel Hernández prestará cuatro dibujos

La ruta de Miguel Hernández en Alicante ciudad
La Fundación Cultural Miguel Hernández prestará cuatro dibujos originales de Miguel Hernández para la exposición “La sombra vencida”, que será inaugurada el 25 de septiembre, organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC) y comisariada por José Carlos Rovira, presidente de la Comisión Nacional del Centenario y catedrático de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Alicante, y que podrá contemplarse en la Biblioteca Nacional , en Madrid, hasta el próximo mes de diciembre.

Los cuatro dibujos, cedidos a la entidad que lleva el nombre del poeta en 2003 por el hijo del pintor Francisco de Díe, paisano de Miguel Hernández, representan un gallo, una culebra, una sandía y unas granadas, y fueron realizados inicialmente para ilustrar “Perito en lunas” en 1933, puesto que suponen el correlato poético del primer libro hernandiano, teniendo cada uno de los dibujos un poema dedicado a cada uno. Finalmente, no se incorporarían a la edición definitiva de “Perito en lunas” debido a que la línea editorial de la colección era maquetar un texto limpio, claro y sin dibujos, con lo cual Miguel Hernández decidió que no había lugar para ello. Éste piensa entonces en destruirlos, pero en un segundo momento opta por regalárselos a su amigo Francisco de Díe, que los guardará y los transmitirá posteriormente a sus herederos, más concretamente a su hijo.
Algunas veces encuentras en la vida
una amistad especial:
ese alguien que al entrar en tu vida
la cambia por completo.
Ese alguien que te hace reir sin cesar;
ese alguien que te hace creer que en el mundo
existen realmente cosas buenas.
Ese alguien que te convence
de que hay una puerta lista
para que tú la abras.
Esa es una amistad eterna…

Cuando estás triste
y el mundo parece oscuro y vacío,
esa amistad eterna levanta tu ánimo
y hace que ese mundo oscuro y vacío
de repente parezca brillante y pleno.
Tu amistad eterna te ayuda
en los momentos difíciles, tristes,
y de gran confusión.
Si te alejas,
tu amistad eterna te sigue.
Si pierdes el camino,
tu amistad eterna te guía y te alegra.
Tu amistad eterna te lleva de la mano
y te dice que todo va a salir bien.

Si tú encuentras tal amistad
te sientes feliz y lleno de gozo
porque no tienes nada de qué preocuparte.
Tienes una amistad para toda la vida,
ya que una amistad eterna no tiene fin.